Suerte de diario, espacio de quejas/sugerencias y cuaderno de notas

Todos los muertos, mis muertos

El altar de ella

No hace mucho estuve en el velorio de un tío, hermano de mi mamá. Fue en la sala de su casa, con un altarcito sencillo en donde estaba su foto.

En un momento dado, tuve esa sensación de déjà vu que me hizo dejar de escuchar la oración para poner mis recuerdos a trabajar. La sensación pasó a ser una fotografía. La fotografía pasó a ser un post.

Sí había vivido un momento semejante muchos años antes, ocho años para ser exactos. En ese entonces, había muerto mi tía favorita. Ahora la seguía su esposo.

Había escrito algo sencillo sobre su pérdida entonces. Fue un post largo donde me dediqué a reseñar lo que había vivido todo ese 2014, desde lo bueno y lo curioso hasta lo malo o necesario.

Fue cuando caí en cuenta de todos los blogs que he tenido desde que tengo más o menos 17 o 18 años. Aquellos blogs en los que aprendía a escribir cuentos, relataba cosas de mi vida, posteaba sobre canciones o juegos hasta llegar a este en el que quise ser un poco más profesional con mi contenido (para volver a mi desorden anterior, cabe acotar).

El altar de él

Hice un pequeño recorrido por ese post del 2014 y luego por algunas cositas sueltas de mis otros blogs. Me di cuenta de la cantidad de gente con la que me he topado.

Es obvio y hasta innecesario decir que, a lo largo de nuestras vidas, nos encontramos con muchísimas personas a las que valoramos en su momento y que luego se convierten en un recuerdo difuso, una fotografía mal enfocada. Conocidos, amigos, familiares, hermanos del alma. Todos han tenido una estadía mayor o menor en nuestras vidas y han aportado a ellas.

Creo que dejé de escribir cerca del 2015 o poco más, quizás por lo ocupada que estaba o por lo poco que tenía para contar. Sin embargo y en retrospectiva, han sido muchos los que se han ido desde entonces, no necesariamente porque han muerto, sino porque han tomado sus maletas y lo han hecho: dejé de hablar con muchas personas, otras tantas dejaron de hacerlo conmigo, mis mejores amigos se fueron del país. No son solo míos: amigos cercanos han perdido o se han alejado de los suyos también.

Es curioso pensar en ello. A veces me parece tan increíble la cantidad de personas que hemos conocido, aún si nos consideramos asociales, como es mi caso.

Es lindo recordarlos. Es lindo pensar en lo bueno que me han dejado. Sí duele muchas veces el pensar que pude haber sido una mejor amiga, quizás una mejor cuñada. A veces también duele pensar en las cosas que ellos querían hacer antes de irse, como el deseo de mi tía de volver a Medellín, o el deseo de una amiga de que fuese la madrina de su hijo. No hace mucho una conocida me hablaba de esa rara sensación de que el mundo sigue girando aún en el instante en que alguien querido se nos va de los brazos. Es así. Nada se detiene.

Mamá tiene una foto de cada uno de sus muertos viendo hacia la puerta. Ella cree que nos cuidarán a todos siempre, sobre todo cuando salimos de casa. En el caso de aquellos que se han ido, yo conservo una foto, alguna frase y correos sueltos. Son ahora parte de mis recuerdos, de esas fotos que tomé o no tomé y que siento que sí existen todavía.

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Historial de blogs:

  1. El de MySpace, creo que se llamaba. El de Messenger. Allí escribía creo que cuentos y poemas. Murió en el cataclismo que fue la pérdida de la plataforma. Chale...
  2. Borradores inconclusos. Fue el que hice cuando entré a la universidad o poco antes. Me impresiona ver lo bien que escribía en ese entonces. Fue también a través del cual conocí a un autor de... Ecuador, ¿quizás? Siempre leía sus entradas. Me gustaba como escribía. Hoy día creo que ha publicado dos o tres libros ya.
  3. Yurito in the deep. Fue mi intento de espacio para seguir escribiendo pero dejando de lado a una yo con la que ya no me identificaba. También lo hice para escribir sobre cosas que no quería que algunos se enterasen. Como mi estadía en LatinChat, donde conocí a mucha gente que ya no están en mi vida.
  4. Este, el cual quise utilizar como una suerte de portafolio para escribir cosas un poquito más útiles y profesionales. Malió sal, of course. Será mi nuevo diario o espero que así sea.
  5. El número de la suerte, me acompaña desde niña. Dejaré acá el link cuando lo tenga.

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Trabajando con amigos parte 2


No lo hagan. En serio no.

Sé que antes escribí que se podía hacer si se dejaban muchas cosas en claro. De hecho, varias webs dicen casi lo mismo: especificar funciones, indicar qué cosas no se mezclan. Pero hay veces que ni colocando reglas eres inmune a los sentimientos, sea de comodidad porque trabajas con un amigo, sea de resentimiento porque sientes que todo está dirigido en tu contra.

Es incómodo. Muy incómodo. Olvidarte por un momento que la otra persona es tu amigo del alma es bastante difícil, ni hablar si se trata de un familiar muy cercano o incluso tu pareja.

En mi caso, supongo que la culpa fue de ambas.

Ella (D1) me convenció de hacer algo que siempre quise cuando mi primera opción, mi mejor amiga (D2), no parecía estar alineada con mi idea. En general, D2 y yo coincidimos en área de experticia y, en general, pensamos igual cuando de hacer el trabajo se trata: donde no coincidimos mucho es en la manera o en las hijueputadas que a veces toca hacer cuando se lleva un negocio.

D1, en cambio, fue ese apoyo e impulso que necesitaba para emprender. Y en un principio quizás nos fue bien. Sin embargo, no es fácil lidiar con alguien inseguro en sí mismo cuando tú eres la persona menos empática en la vida.

Fue mi falta de emotividad a las cosas más simples, mi falta de tacto en las comunicaciones, mi excesiva frialdad para llevar una empresa lo que desencadenó una ruptura que yo nunca vi venir, el notar todos y cada uno de mis defectos como persona.

No es victimismo, sino simple consciencia de las cosas mal hechas, de los impulsos que dejé de escuchar en su momento por creer que todo funcionaría.

Si bien hay cosas que pude haber hecho mejor, no dejo de pensar que lo más sensato fue no haber empezado esto con ella en su principio: era mi amiga y no juntas a tus amigos con lo que podía darte de comer en un futuro. Puede que a algunos les funcione y lleguen a ese punto de equilibrio en que todo sale bien, pero cuando tienes falta de inteligencia emocional, debe ser consciente de las cosas que no puedes hacer.

Me arrepiento por ello. Y, a su vez, agradezco el apoyo y la experiencia. No solo D1 me hizo consciente de lo nada perfecta que soy y de las falsas expectativas que puedo crear en otros, sino también de todo lo que me hace falta mejorar como persona.

Me hubiese gustado que todo terminase diferente. Me hubiese gustado no ganarme su odio.

Me gustaría saber que, algún día, ella encuentre mejores personas y mejores oportunidades.

Pero no es algo que llegue a saber quizás nunca.

Supongo que es mejor así.

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Trabajando con amigos

Quizás algunos piensen que trabajar con amigos, alguien en quien confíes plenamente, hace más fáciles las cosas a nivel laboral. Mi experiencia no ha sido siempre muy sencilla, a decir verdad.

La primera vez que lo hice fue con mi hermano. Era su secretaria y, dado que mi hermano siempre fue mi figura paterna, pensé que las cosas estarían bien. No era la primera vez que trabajaba pero sí con un familiar: me tocó aprender que una cosa es cómo somos en casa (familia) y otra en la oficina (superior y empleada). Para ese momento, el shock fue tal que incluso lloré porque él era (y sigue siendo) una de las personas más queridas para mí. Había cometido un error con la caja chica que debía resolver pero verlo tan molesto me hizo aterrizar de golpe en ese pequeño detalle.

La segunda vez que lo hice fue con mi «novia de la carrera», una de las amigas más antiguas y de las mejores que tengo. Si bien con ella estábamos al mismo nivel, ella realizaba una tarea y yo otra. Recuerdo que un día nuestro jefe le gritó a ella y a mí por teléfono después. ¡Ella estaba ofendidísima! Tanto que no duró ni cinco minutos para escribir su carta de renuncia y quería que yo hiciera lo mismo. Aunque entendí su intención de querer que me respetase a mí misma y que merecía algo mejor, en ese momento realizaba una tarea que me gustaba mucho y estaba dispuesta a aguantar un poco más. Creo que eso no le gustó a ella para nada. No sé qué imagen le di ese día de mí misma, lo que sé es que lo que ella quería que hiciera no iba en consonancia con lo que yo quería. Preferí no tocar el tema de nuevo.

Hoy día trabajo con, oficialmente, la amiga más antigua que tengo. Quizás no sea la mejor pero es la que más tiempo ha estado conmigo y la que se animó a emprender este viaje conmigo aún sin saber nada. La adoro demasiado por eso pero debo admitir que es increíblemente difícil volver a estar en una situación en la que lo laboral y lo personal se junta: al ser ella una persona en extremo sensible (y yo una vieja amargada sin corazón), es difícil hacerle correcciones o indicarle cosas sin que sienta que subestimo su inteligencia o su capacidad. A pesar de darle ánimos, muchas veces pareciera no ver lo que yo veo en ella.

Esta última experiencia es la que me ha llevado a pensar qué hago mal o qué puedo hacer para remediar estas cosas. Lo cierto es que hay consejos que podría dar para todos aquellos que estén en la misma situación.

Laboral ≠ Personal

Quizás es uno de los primeros malos entendidos que se presentan: creer que seremos «las mismas personas» en un ámbito y en otro. No es así.

Dependiendo del trabajo, es bastante posible que seamos personas mucho más frías o directas por temor a perder nuestro empleo o porque estamos en posiciones de mucha responsabilidad. Si nos toca un puesto inferior al de nuestro amigo, sería egoísta esperar que esa persona haga algo que va en contra de su posición solo por ayudarnos a nosotros. Debemos hacernos cargo de nuestras tareas lo mejor que podamos y no culpar a nuestro compañero de los errores que surjan solo porque sentimos que está en la «obligación» de apoyarnos. El apoyo llega hasta donde la empresa o el empleo lo permitan, no más allá.

     Si necesitamos ayuda, podemos pedirla tal como haríamos en otro lugar con un desconocido.
     Intentar mantener una actitud profesional dentro del horario laboral. Fuera de este, podemos volver a la confianza que tenemos con la otra persona.
     Tomar a pecho la actitud de nuestro compañero. hay que considerar que él también quiere y debe conservar su empleo.

Personal ≠ Laboral

Aunque este subtítulo es parecido al anterior, la diferencia radica en que acá la perspectiva es la personal. Nuestros problemas, dudas, sentimientos no deberían de interferir en lo que hacemos. Aunque esto es humanamente casi imposible, no debemos extender estos sentimientos a nuestro amigo y esperar a que actúe con base a lo que nosotros sentimos y creemos.

     Esperar a la hora del descanso o la salida para hablar de lo que sentimos con nuestro compañero. De esta manera, evitamos ventilar nuestros problemas ante otros desconocidos así como inconvenientes con ellos o nuestros empleadores.
     Si no podemos esperar a un tiempo libre para hablar, pudiéramos enviar correos desde nuestra bandeja personal o mensajes al celular de nuestro amigo, sin ser invasivo, para hablarle de nuestros problemas.
     Esperar a que nuestro compañero sienta o haga lo mismo que nosotros. Debemos considerar que quizás nuestro amigo tiene más beneficios laborales o se siente bien en donde está.

Como socios

Iniciar un negocio con un amigo si bien nos puede inspirar confianza, debemos considerar también que se trata de eso: un negocio. Por ende, las reglas y la etiqueta laboral deben mantenerse.

     Dividirse las tareas de manera equitativa puede ayudar a que uno no sienta que hace más que el otro. Sin embargo, debemos ser conscientes al hacer nuestra parte y no creer que por ser amigos podemos eximirnos de esto.
     Debemos recordar que se trata de un negocio y, por ende, la faceta que debemos adoptar es la del empleado o emprendedor, no la del pana de toda la vida que puede hacer y deshacer a conveniencia.
     Se pueden usar canales distintos para conversar de forma laboral así como de forma personal. Si es algo a distancia, se puede usar el correo para lo primero pero el Whatsapp para lo segundo. Si es presencia, las horas libres y de descanso son estrictamente para lo segundo: debemos limitar lo laboral solo a las horas correspondientes.
     Tomarnos de forma personal la actitud de nuestro compañero respecto al trabajo. Hay que recordar que ambos trabajan por llevar adelante un proyecto y eso ya implica mucho estrés para sumarle también los problemas del otro.
     Callarnos. Si se trata de una rama de negocio que desconocemos, debemos decir claramente las cosas que no entendemos a fin de mejorarlas. Asimismo, la otra persona debe armarse de paciencia para explicar de la mejor manera.
     Creer que somos insuficientes. Si nuestro amigo aceptó trabajar con nosotros, es porque cree en nuestras capacidades, por lo que autosabotearnos pensando que lo hacemos todo mal, que no servimos, que es mejor si nuestro compañero trabaja con alguien más solo lo llenará a él (o ella) de estrés, dudas y sobresaturación de trabajo al haber dejado en sus manos las tareas que nos correspondían. Hablar de manera efectiva, sin sentimentalismos ni dudas, puede ayudarnos a encaminarnos y ver lo que realmente queremos y hacia dónde vamos.

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A little thing about me

El año pasado acepté un proyecto de corrección que dije que me ayudaría económicamente. Prometía ser bueno en cuanto al pago pero, una vez que lo empecé, me di cuenta que no era así: no solo corregirlo fue complicado sino que también tuve que invertirle una enorme cantidad de tiempo. Trabajo en una editorial de libros médicos, donde cada obra debe salir lo más pronto posible para que no pierda validez ya que, a diferencia de una obra literaria, los libros médicos sí tienen fecha de expiración: este proyecto era igual.

Cuando lo entregué, a pesar que aún no me lo habían pagado, me sentí bastante tranquila. ¡Al fin me había quitado un peso de encima! Fue entonces cuando comencé a mover un poco un Instagram, mi Twitter, este blog y hasta juagaba los domingos algún videojuego. Hacía muchísimo tiempo que no hacía algo que no fuese trabajar. Era poco el tiempo que dedicaba a mí pero, una vez que empecé con mis cosas, fue toda una revelación: me sentía activa, útil, entretenida y feliz.

Hasta que el proyecto volvió a mis manos.

Dedicarme de nuevo a algo que yo ya creía cerrado y que, además, no había corregido bien me devolvió a ese estado previo en el que no existían más cosas por hacer. ¿Han leído o escuchado esa frase de que a veces la vida es mejor cuando no pruebas lo dulce o la azúcar antes? Una vez que lo haces y eres consciente de lo bien que saben algunas cosas, ya estas dejan de ser tan agradables cuando no se la colocas. Sentí lo mismo y lo sentí muy feo.

Es en este momento, ahora, en que sigo con mi dragoncito al que ya le salieron los dientes, que me doy cuenta del equilibrio que se debe tener para que las cosas funcionen anímicamente, al menos en mi caso. Sentir que avanzo en algo, que puedo hacer cosas por mi cuenta, que aunque no sea perfecta puedo seguir haciendo y aprendiendo me hace feliz. En cambio, no cerrar ciclos y estancarme por mucho tiempo en el mismo lugar no lo hacen.

Es por ello que, a pesar de tener responsabilidades con este pequeño, debo ser lo suficientemente madura como para terminar de atenderlo como merece sin dejar de lado que yo también tengo necesidades: necesito escribir, necesito jugar, necesito ver cosas que me devuelvan el interés por la ficción y necesito seguir aprendiendo.

Espero aprender de mis experiencias y también espero aprender a enfrentar mejor las cosas. A veces, incluso, es preferible rechazar algunas: el tiempo es valioso, ya sea monetaria o personalmente hablando.

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Imágenes: stickers de Zizi y Pog para Facebook porque son bien bonitos.

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Cuentas en dólares en bancos venezolanos


Dos donas a un dólar, tres helados a uno, un combo de hamburguesas con papitas y helados a 5. Es curioso cómo el control cambiario en Venezuela (instaurado desde 1983, al parecer) se ha ido "flexibilizando" a medida que la crisis crece. Era de esperarse que el mercado en el país buscase opciones con las cuales poder hacer frente a la inflación. Lo que se ha tardado un poco son las opciones con las cuales tener dinero virtual sin temor a posibles estafas o que tengan un uso extendido entre los venezolanos.

Si bien opciones como PayPal, Skrill y demás tienen su uso entre algunos conocedores de estos temas, ha sucedido un poco lo mismo que con Pago Móvil: no todos lo tienen o lo usan a pesar de ser una opción muy cómoda y bastante útil. Sin embargo, da un poco de esperanza que bancos como Mercantil, Banesco y Bancamiga hayan abierto sus puertas a estas opciones. ¡Bancos! ¡Al fin! Acá te menciono cuáles son los productos que ofrecen 😊 Lo hago solo para aquellos que quieran saber con cuáles opciones cuentan para ahorrar o manejar dólares.

Mercantil: Mony


Me enteré de esta opción gracias a mi sobrino que está en Perú. Llamó un día a mi sobrina para decirle que bajara la aplicación y abriera la cuenta en un intento de tener una opción con la cual enviarle dólares a sus padres. Ni corta ni perezosa, yo misma la bajé porque también me interesaba.

Mony es una opción del banco Mercantil que intenta sustituir, de alguna manera, a Zelle en Venezuela: es una aplicación con la cual puedes hacer transferencias inmediatas entre tus conocidos que también tengan Mony, basta con colocar el correo electrónico asociado.

¿Qué se necesita para abrirla? Bajar la aplicación de Mercantil Panamá a través de Google Play y tener una cuenta en Mercantil Venezuela con al menos 6 meses de antigüedad. ¿Cuáles son sus beneficios y desventajas?

    No tiene monto mínimo de apertura
     El proceso es a través de la aplicación así que no hace falta ir a una oficina
     Tiene una tarjeta que puede usarse en territorio nacional (a tasa del BCV)
     Se puede recargar a través de AirTM
     Permite recibir transferencias desde otros bancos en Panamá, Mercantil Panamá, de Mony a Mony o transferencias en euros
     La aplicación misma le ha dado muchos problemas a otros usuarios para aperturar la cuenta
     No recibe transferencias internacionales en dólares
     La tarjeta tiene un costo de emisión de 26.50 usd, aproximadamente, y 25 usd por manutención anual. La envían desde Panamá
     Solo permite un máximo de 3000 usd mensuales en la cuenta (4500 si son movimientos acumulados, es decir, dinero que haya entrado y salido)
     No puedes tener saldo 0 por más de 60 días (o cierran tu cuenta)

Banesco: cuenta simplificada

De entre las tres opciones que comento en este
post, esta es la última de la que tengo información (alabado sea Twitter). Estaba muy atenta a cuándo Banesco sacaría una opción parecida a Mony por lo que fui volando a su web apenas supe de ella. ¿Qué se necesita para abrirla? Vaciar tus datos en la página web del banco, no hace falta ser cliente en Banesco, solo residir en Venezuela y ser mayor de edad. ¿Cuáles son sus beneficios y desventajas?

     El proceso es a través de la aplicación así que no hace falta ir a una oficina
     Tiene una tarjeta que puede usarse en territorio nacional (a tasa del BCV)
     Acepta transferencias internacionales (con un cobro de 16.05 usd por esto)
     Se puede recargar a través de AirTM
     El monto máximo a manejar en la cuenta es de 5000 usd
     El monto mínimo de apertura es de 250 usd
     El uso de la Banca en Línea es de 12 usd anuales (el primer año es gratis)
     Tiene un límite de transferencias/depósitos recibidos mensuales de 2500 usd y de 2000 para retiros/consumo
     No permite realizar transferencias internacionales ni a terceros en Panamá
     La tarjeta tiene un costo de emisión de 29.96 usd, aproximadamente, más 25 a 50 usd por costo de envío desde Panamá. El costo de manutención de 28 usd por manutención anual
     Debes mantener un saldo mínimo mensual de 250 usd o te cae comisión de 15 usd

Bancamiga: Cash


De esta cuenta también supe a través de Twitter, pero antes que la de Banesco. Felizmente, cuento con una oficina bastante cerca de donde trabajo. Pasé un día por allí luego de hacer dos llamadas a su Centro de Atención al Cliente (dicho sea de paso, la primera chica ni sabía de qué le hablaba 😅) para complementar y confirmar la información.

Bancamiga posee dos opciones de cuentas en dólares pero solo comentaré sobre la Cash por ser semejante a las opciones anteriores. ¿Qué se necesita para abrirla? Ser cliente en Bancamiga y llevar los recaudos a la oficina. El mismo día que lleves los recaudos, puedes abrir ambas cuentas: tanto la ahorro o corriente y luego la Cash. ¿Cuáles son sus beneficios y desventajas?

     Puedes retirar dólares en efectivo (pero solo en la oficina donde aperturaste la cuenta)
     Tiene una tarjeta que puede usarse en territorio nacional (a tasa del BCV)
     La tarjeta no tiene costo de emisión ni manutención. Te la dan en la oficina
     No tiene monto mínimo mensual
     Solo puedes aperturarla a través de una oficina
     El monto mínimo de apertura es de 50 usd
     No acepta depósitos electrónicos bajo ninguna opción. Solo puedes depositarle en efectivo

Todas estas opciones están disponibles para los venezolanos. Ya sería cuestión de evaluar cuál es la mejor de acuerdo a nuestras necesidades y ganancias mensuales. Asimismo, espero que su uso pronto pueda extenderse en el país y se conviertan realmente en una opción tanto para la compra como para el ahorro 😏
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Buen provecho, Acerola - Capítulo 1


Soy quien pensó en el nombre de Kiss-Shot Acerola-Orion Heart-Under-Blade. Si puedo alabarme, es un nombre genial. Es fuerte. Un fino nombre de primera categoría. ¿Y es que no crees que la más fina de las mujeres merece el más fino de los nombres?

Esa parte de Kiss-Shot es realmente buena. Estoy muy satisfecho con ella.

Tiene un matiz de "come como si estuvieses dando un beso". Pero, ¿sabes?, aunque esa idea no llegue a tu cabeza, igual suena naturalmente elegante.

Antes de llamarla así, se llamaba Princesa Acerola. Antes de eso, Laura1.

Tras su ascensión real, Laura se convirtió en Princesa Acerola... Bien, no está mal para un nombre humano pero es demasiado dulce: la gente no creería en tus mentiras; se siente como un nombre para una dama elegante y refinada.

Como ella solía ser una dama elegante y refinada, ese nombre estaba bien cuando era humana. Sin embargo, no lo sería para un vampiro. Incluso diría que es inadmisible. No es bueno.

Si quieres ser un vampiro apropiado, lo primero que necesitas es un nombre que genere miedo en el corazón de las personas. Es como convertirse en un adulto hecho y derecho. Más bien en un demonio hecho y derecho.

Así que pensé en algo.

Primero y principal, es noble; segundo, suena bien; tercero, es fácil de recordar; y, finalmente, tiene la suficiente maldad como para que la gente dude en decirlo en voz alta. Un nombre de primera categoría.

Un nombre fino y adecuado para una mujer fina.

Yo convertí a esa princesa en un vampiro así que era mi deber el nombrarla.

Pero, siendo honesto, me arrepiento un poco de haberlo hecho.

No, no tengo ninguna duda del nombre en sí: estoy orgulloso de haber pensado en un nombre que calzara tan perfectamente con ella y su futuro. Pero, al final, quizás no debí darle un nombre... Mira, es lo que dicen, ¿cierto? Cuando nombras una mascota, terminas apegándote a ella.

Es vergonzosamente impropio de un vampiro el apegarse a un ser humano. Incluso ahora, no estoy seguro si ese apego se debía a la amistad, al afecto o quizás la lujuria.

Pero hay una cosa de la que estoy seguro: no era apetito.

Después de todo, Kiss-Shot Acerola-Orion Heart-Under-Blade no funcionaría muy bien como nombre de una entrada2, ¿o sí?

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Nota general: si saben un poco de japonés, vale la pena señalar que el narrador usa la expresión "ore-sama" (俺様) exclusivamente como un pronombre en primera persona. En general, transmite una sensación de masculinidad excesiva y arrogante. Como tods los pronombres japoneses en primera persona, es más de carácter de social (si se quiere) que algo intrínseco y relacionado a la naturaleza de uno mismo.*
1 Laura (ローラ), en japonés, es caso idéntico al Rola (ロラ) de Acerola.*
2 El narrador literalmente hizo (y seguirá haciendo) una comparación con la comida o al acto de comer.
* Notas originales del traductor de Mirrored Translations.
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Sí. He decidido traducir una que otra cosita de mi interés sin ningún tipo de compensación a cambio ya que se tratan de obras publicadas. Lo hago únicamente por practicar un poco y porque estas historias me gustan. Igual si me quieren ayudar con otros textos no traducidos al español (en inglés o francés) o de otra forma, pueden escribirme o comentarme.
Acepto comentarios, correcciones y sugerencias 😏

  • Autor: Nisio Isin
  • Capítulos: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20
  • Obra en la que se encuentra: Wazamonogatari, p 20-21

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Productividad laboral: cómo no morir en la oficina


#ConfiesoQue soy una workahólica. Siempre me gustó llegar temprano a mis trabajos, hacer todo cuanto podía en un día para no llevarme nada a casa y, además, hacerlo lo mejor que podía. Quizás eso dejó una buena impresión en quienes me contrataron (o quizás no por mi organización tan maniática). Sin embargo, no siempre es tan efectivo ser así de excesivo aunque sí hay ciertas cosas que, al menos a mí, ayudan a sobrellevar la carga de trabajo diaria y que quizás les puedan servir 💕

Divide tu horario laboral

¿Trabajas de 8am a 5pm? ¿De 9am a 6pm? ¿Medio tiempo solamente? ¿Cuatro horas? Por lo general, siempre contamos con tareas que son "fijas" en nuestro día a día: ya sea responder correos, realizar pagos, revisar un inventario... Hay cosas que siempre se repiten y que pueden ser manejables si dividimos nuestro horario laboral para realizar cada una dentro de un lapso de tiempo.

Por ejemplo, tuve la suerte de haber sido secretaria de mi propio hermano mayor. Eso me enseñó muchas cosas respecto a lo laboral pero también en cuanto a la organización personal ya que trabajaba medio tiempo en un puesto en el cual recaían demasiadas tareas y responsabilidades:
  • Lo primero que hacía era armar la ruta del mensajero: si podía tenerla lista desde el día anterior, mejor para él y para mí ya que de mí dependía que él iniciara su jornada laboral
  • Ya luego podía "relajarme" con las demás tareas pero un must, tanto en este trabajo como en otros, siempre fue revisar el correo: en él estaban los mensajes nuevos que bien podían ser pedidos, quejas o incluso nuevos problemas a resolver
  • Las tareas más pesadas o complicadas las dejaba para después, de manera que pudiera usar mi mañana para resolver todo lo pequeño o importante y así poder dedicarme a lo más complejo o menos urgente
Ya sea por hora o incluso en lapsos de dos horas, dividir nuestro horario laboral nos ayudará a no estancarnos todo el día en una sola tarea sino también a crear pequeños límites de tiempo para resolverla o trabajar sobre ella (sin necesidad de terminarla) antes de pasar a la siguiente. Esto también nos ayuda a no saturarnos con un único deber: podemos iniciar el día con el correo (o el mensajero si tenemos uno a nuestro cargo), dedicar una hora (o dos) a responder los mensajes, dedicar el siguiente bloque de tiempo a otra tarea y así sucesivamente.

Programar mensajes


Para quienes usen Gmail, la opción de programar mensajes es la cosa más útil y hermosa que puede existir. O si trabajamos con redes sociales, el programar los posts puede servirnos de mucho.

La idea de esto es evitar que la memoria nos falle o incluso la falta de tiempo nos juegue en contra: podemos programar un mensaje a enviar dentro de una semana (un cumpleaños, un recordatorio, el inicio de un proceso) o los posts de las redes de esa semana en curso. Esto nos permitirá ahorrarnos unos minutos en los días siguientes además de darnos cierto alivio, ya que el correo no se olvidará de salir de nuestros buzones y nuestras redes estarán activas aún si surgen imprevistos en nuestra jornada laboral.

Uso de borradores


Semejante al punto anterior, la idea de hacer borradores aplica tanto para correos o incluso archivos o documentos que debemos realizar.

Ir escribiendo sobre la marcha sobre una tarea que está ligada a dicho documento o correo nos ayudará a no invertir una hora, dos o tres haciendo memoria de lo que tuvimos que hacer o de los detalles que debemos explicar.

Por ejemplo, cada mes, debo enviar un informe sobre lo que he realizado desde el día 1 hasta el día 30. Si bien cuento con un archivo que voy actualizando a diario, dado que mi memoria es fatal, voy armando asimismo el correo donde voy a enviar ese archivo: coloco las cosas más relevantes del mes a medida que surgen. Así, para el día 30, ya tengo el borrador listo, el cual solo debo releer y medio arreglar antes de adjuntar el archivo y enviarlo.

Calendario Google o planificadores/listados


Quizás a algunos no les funcione, pero los recordatorios en el calendario de Google se me hacen bastante útiles ya que no solo los utilizo para que el servicio acose mi celular o mi bandeja de correos personal media hora antes de cada tarea sino que, también, cada cuadro del recordatorio tiene las tareas que debo realizar. Durante este tiempo de pandemia, me ha ayudado mucho colocar qué debo hacer en qué día dado que no siempre trabajo desde casa: a veces me toca hacerlo desde la oficina, donde no guardo los mismos archivos (aunque pudiera usar GDocs para esto).

En el caso de las listas o planificadores, para aquellos que aún nos gustan las cosas en físico, también resultan ser un elemento útil porque podemos colocar las tareas que se nos acumulan en el día a día y que debemos atender para no olvidarlas. En lo personal, me gustan los planificadores semanales con algún diseño bonito y rosita. Solo coloco allí cada tarea y las voy tachando a medida que las cumplo.

Otra opción para no olvidar cosas, al menos para aquellas personas que trabajan con documentos físicos, es dejarlos todos en el escritorio y no quitarlos hasta no haberlos procesado o resuelto. ¿No te gusta tu escritorio "embalumado"? Ve procesando cada documento y archivándolo a medida que lo haces. Cuando lo veas despejado o semidespejado, sabrás entonces que has logrado ir resolviendo uno a uno cada problema.

Prioriza tareas


Esto siempre me ha parecido esencial en cualquier puesto de trabajo: ¿qué necesitas para ya? ¿Qué cosa puede quedar para después?

Si bien algunas personas pueden decir que todo en el trabajo es importante, no necesariamente es así: hay tareas que son urgentes y otras que no lo son tanto, otras que tienen una fecha límite para ser completadas y otras que no. Es por ello que saber identificar qué se debe hacer primero puede ayudarnos mucho tanto con el estrés que esto nos puede causar como con la cantidad de tareas que manejamos a diario.

Mi recomendación sería la de dividir el horario de trabajo pero comenzar el día con lo más urgente. Podemos dedicarle dos o tres horas inclusive. Ya luego de haberla solventado o al menos haber reducido un poco al dragón escupefuego y comehombres, podemos dedicarnos a otras cosas para no dejarlas desatendidas y, en la siguiente jornada laboral, terminar al fin nuestra cacería con la mente un poco más despejada y fresca.

Descanso mental

Nuestra salud mental es crucial para poder cumplir con una jornada laboral efectiva. Suena tonto o quizás idílico, pero hacer lo que muchos llaman "pausas activas" realmente es necesario.

Alguien me recomendó trabajar en bloques de 45 minutos y dedicar los otros 15 en despejar mi cabeza o hacer alguna otra cosa que no implicase trabajar. De esta manera evitaba el aburrimiento, la sobrecarga y le daba algo de oxígeno a mi cerebro.

Esto, aunado al hecho de que se supone que no debemos permancer tanto tiempo sentados frente a una computadora, nos puede ayudar no solo a apagar un poco el ruido mental sino también a cuidar nuestro cuerpo: podemos usar estos quince minutos para ir al baño, tomar agua o conversar con algún compañero. Quizás los empleadores que lean esto peguen el grito al cielo pero al menos funciona.

No procrastines demasiado


Puede que dejar una tarea para el día siguiente por la falta de tiempo o el cansacio mental sea a veces necesario, pero no podemos hacerlo siempre. Hay tareas que, aunque parezcan pequeñas en un principio, pueden convertirse después en todo un reto que debemos resolver ese mismo día.

Así como antes recomiendo el uso de borradores para los correos o incluso con los archivos, es sobre todo con estos últimos con los que debemos tener cuidado. ¿Manejamos una lista de inventario? Vayamos actualizándola a diario: cambiar uno o dos elementos por día es mucho más manejable que 50 a fin de mes. ¿Debemos hacer una Memoria y Cuenta en donde trabajamos? Vayamos redactándola poco a poco a medida que van surgiendo los eventos, reuniones y logros obtenidos.

A este tipo de archivos yo los llamo "fijos" porque son archivos que, a diario o semanal, cuentan con una modificación. Mientras más actualizados los tengamos, mejor porque, en caso que lleguen a perdirlos o los necesitemos, basta solamente con revisarlos y colocar la última actualización para que estén terminados.

Baja la santamaría


Llevarse el trabajo a la casa es malo. Malo. Muy malo. A veces no nos queda de otra dado la urgencia o la cantidad de pendientes, no lo niego, pero saber "bajar la santamaría" es importante.

¿No pudiste terminar una tarea en el día? Lo harás el día siguiente, no te preocupes. Lo ideal es que sepas cerrar tu mente a las preocupaciones del trabajo y enfocarte en otras cosas, como tu vida personal, en tus amigos o familia. Esto no solo para mantener vivas las relaciones interpersonales sino también para despejar nuestras cabecitas de tantos quehaceres. No importa si tenemos un mega problema en la oficina: si descansamos lo suficiente, podremos abordarlo de manera efectiva la siguiente vez que lo tengamos en frente.

Anticonsejo: mantente callado


Hey, ¿no se supone que este post era de consejos? Lo es, pero no por eso voy a dejar este antriconsejo (así como los antihéroes) por fuera: si ya terminaste con todos tus pendientes o estás en esa línea donde pronto estarás demasiado libre, no digas nada 🙊

Siempre he sido supersticiosa ya que siento que si digo algo, invocaré a Murphy y me caerá más trabajo encima o aparecerá un nuevo dragón escupefuego. Sin embargo, sí existe la posibilidad de que nuestros empleadores vean nuestra eficacia y quieran saturarnos con más responsabilidades y tareas, práctica que me parece muy injusta.

Por eso, si ya tenemos muchas cosas resueltas, procuremos tener un perfil bajo, adelantar archivos o leer cosas de nuestro interés. Así la jornada laboral no es tan pesada y el estrés por los pendientes habrá disminuido considerablemente o será bastante menor en caso que nos llegue una nueva oleada de pendientes.
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